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Quiebra y concurso de acreedores: Diferencias

Quiebra y concurso de acreedores: Diferencias clave

En el mundo empresarial y jurídico, los conceptos de quiebra y concurso de acreedores se utilizan a menudo como sinónimos. Sin embargo, aunque ambos hacen referencia a situaciones de insolvencia, en realidad no son lo mismo. Entender sus diferencias es clave tanto para empresarios como para profesionales del derecho, ya que implica consecuencias legales distintas y procedimientos específicos.

En este artículo te explicamos de forma clara qué significa cada término, cómo ha evolucionado su regulación en España, y qué implicaciones tiene para las empresas y los acreedores.

¿Qué es la quiebra?

La quiebra era el término tradicional utilizado en la legislación española para referirse a la insolvencia definitiva de una persona o empresa, especialmente cuando existía mala fe o culpabilidad del deudor.

Se asociaba a una situación en la que la persona o entidad no podía cumplir con sus obligaciones de pago y se declaraba en una situación de quiebra por orden judicial. Este concepto estaba contemplado en la ya derogada Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881 y posteriormente en la Ley de Suspensión de Pagos de 1922.

En resumen, la quiebra suponía:

  • El cese de actividad del deudor.

  • La liquidación forzosa de sus bienes.

  • Una imagen negativa o fraudulenta.

Sin embargo, desde la entrada en vigor de la Ley Concursal 22/2003, el término «quiebra» ha sido sustituido por el de “concurso de acreedores”, unificando así los procedimientos de insolvencia bajo una sola figura jurídica.

¿Qué es el concurso de acreedores?

El concurso de acreedores es el procedimiento judicial que se aplica cuando una persona física o jurídica no puede cumplir regularmente con sus obligaciones de pago. El objetivo no es castigar al deudor, sino ordenar su situación financiera, garantizar la igualdad entre acreedores y, si es posible, salvar la empresa.

Este procedimiento puede derivar en tres posibles salidas:

  1. Acuerdo de continuidad: se intenta reestructurar la deuda para que la empresa pueda seguir funcionando.

  2. Liquidación ordenada: si no hay viabilidad, se procede a liquidar los bienes para pagar a los acreedores.

  3. Conclusión por insuficiencia de masa activa: cuando no hay ni siquiera recursos para cubrir los costes del procedimiento.

El concurso puede ser solicitado:

  • Por el propio deudor (concurso voluntario).

  • Por un acreedor u otros legitimados (concurso necesario).

Desde la reforma operada por el Texto Refundido de la Ley Concursal (2020) y las actualizaciones posteriores, el concurso se ha convertido en el procedimiento estándar para resolver situaciones de insolvencia, tanto de personas físicas como jurídicas.

Principales diferencias entre quiebra y concurso de acreedores

A continuación, se resumen las diferencias clave entre ambos conceptos:

Concepto Quiebra (anterior) Concurso de Acreedores (actual)
Marco legal Derogado (Ley de Suspensión de Pagos, etc.) Ley Concursal 22/2003 y posteriores reformas
Terminología Obsoleta Vigente y unificada
Imagen jurídica Negativa, fraudulenta, culpable Neutral o incluso de rescate
Ámbito de aplicación Empresarios, sociedades Personas físicas y jurídicas
Finalidad principal Liquidación Continuidad o liquidación ordenada
Culpabilidad Presunción de dolo o culpa Puede ser fortuita o culpable
Tratamiento de acreedores Menor protección y desorden Par condicio creditorum (igualdad)

¿Sigue existiendo la quiebra en España?

No, al menos desde el punto de vista jurídico. La figura de la quiebra fue eliminada del ordenamiento jurídico español con la aprobación de la Ley Concursal de 2003, cuyo objetivo era modernizar y unificar los procedimientos de insolvencia.

Actualmente, todo procedimiento relacionado con la insolvencia se enmarca bajo el concurso de acreedores, que puede derivar en continuidad de la actividad o liquidación, según las circunstancias del deudor.

Eso sí, el término «quiebra» sigue siendo de uso habitual en medios de comunicación, conversaciones cotidianas o incluso en la jerga empresarial. Pero jurídicamente, hablar de quiebra en España es incorrecto.

¿Qué pasa si una empresa entra en concurso?

Cuando una empresa entra en concurso de acreedores, se activan una serie de medidas legales que buscan:

  • Evitar el aumento de la deuda.

  • Preservar el patrimonio del deudor.

  • Ordenar el pago de los acreedores según un orden establecido.

  • Negociar convenios de pago, si es viable.

Además, durante el concurso:

  • El deudor puede perder el control de su empresa (si el juez lo considera).

  • Se paralizan los embargos.

  • Se abre una fase de calificación, donde se determina si la insolvencia ha sido fortuita o culpable.

Si el concurso se califica como culpable, pueden derivarse responsabilidades civiles o incluso penales para los administradores.

¿Qué ocurre si soy autónomo o persona física?

El concurso de acreedores también es aplicable a particulares y autónomos, no solo a empresas. De hecho, desde 2015 existe un procedimiento especial llamado segunda oportunidad, que permite a personas físicas cancelar sus deudas si cumplen ciertos requisitos.

Esto ha abierto una vía de alivio para miles de personas atrapadas en situaciones de insolvencia.

¿Qué debo hacer si mi empresa no puede pagar?

Si tienes una empresa y prevés que no podrás hacer frente a tus obligaciones en el corto plazo, es importante actuar con rapidez:

  1. Evalúa la situación económica real.

  2. Solicita asesoramiento legal y financiero.

  3. Valora si puedes acogerte a un preconcurso (fase previa para intentar acuerdos).

  4. Si es necesario, presenta el concurso de forma voluntaria antes de que lo hagan los acreedores.

No actuar a tiempo puede agravar la situación y derivar en responsabilidades personales.

Aunque el término “quiebra” sigue presente en el lenguaje coloquial, la figura legal vigente es el concurso de acreedores. Este procedimiento, mucho más moderno y garantista, se adapta a situaciones de insolvencia con el objetivo de preservar el tejido económico, proteger a los acreedores y, en última instancia, buscar soluciones equilibradas.

Si estás atravesando una situación financiera complicada o eres acreedor afectado por la insolvencia de un tercero, es fundamental contar con asesoramiento legal experto.

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